viernes, 1 de abril de 2016

Los Miércoles y los limones

La noche me pide hoy que me reconstruya y que viva como los de ahí fuera,
que solo eres un capullo más me dice
uno más
   uno más...
             Menos.

Y claro que lo sé, pero solo podía pensar aquella frase que ella dijo
sin imaginar las lunas que me tocaría cuidar.

No la entendí,
una vez más
     una más...
                Menos.

Pero esta vez no pude conformarme 
y es que tenía una pequeña obsesión con tenerlo todo en orden.

Mi día favorito; el miércoles, era el día en el que mi tiempo libre lo dedicaba en alinear los limones del verdulero y a ella eso siempre le produjo una importante acidez que nunca entendí.

Y decidme qué podía hacer yo entonces,
el capullo corriente de los limones
que no sabía nada

y solo podía pensar en ella y mi río,
en ella y su risa.

Ahora duermo durante el día, me molesta la luz, me gusta la sangre y no el ajo si no es ella quien lo añade a la comida.

Mi cabeza hecha mierda no guardó abono para la palabra "fotosíntesis" e hizo la selección estúpida para conservar solo aquella maldita frase.
Ya no alumbran las velas que compro en el bazar de abajo de casa.
Pero tú sí que quemas y ya es imposible alargar el verano y más aún que seas abrigo de esta ausencia.

El parque que sigue al bazar, siempre está vacío desde que no lo paseamos y el columpio solo lo utiliza el gato negro que me da buena suerte, pero no me deja verte.

La vecina de al lado sigue robando de nuestro árbol como siempre, solo que ahora con más descaro,
pues no te escucha cantar a Pedro Pastor y cree que no estamos (pero yo sigo); sé que te gustaría que le dijera algo, que no la aguantas y que odias que toquen tus mandarinas. 
Pero es que es lo más cerca que puedo estar de imaginar que regresas gritando y que me despedazas como a una de ellas y que así, no te quede más remedio que quedar impregnada de mi olor.

Soy diferente, puedes volver.
He cambiado de día favorito y los limones nunca están ya alineados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario