lunes, 18 de enero de 2016

Suma la caída tras el portazo

He vuelto a mentir y he vuelto a esconderme;
Es algo que suelo hacer cada cierto tiempo.

Llevo varios días
ocultando la sangre de mis dedos que gotea; aún húmeda,
regando lo marchito.

Prometo que se trataba de una mentira pequeña que compensara el daño.

Ni siquiera me había escondido bien,
Ni siquiera había pedido jugar.

Así que dejé asomando varios gritos,
pero no quisieron escucharme.

Carecía de fuerzas para estar alerta
y esperar aquel portazo;

Así que dejé mis dedos esperando y acariciando tu llegada.

La sangre no era ninguna metáfora, cariño mío.

Yo misma fui
la que provocó su caida
poniéndose la zancadilla
con el único fin de darse de morros

contigo.

Ahora duermo en el portal y mis rodillas han dejado un mensaje en el lado izquierdo de la alfombrilla.
Todavía no lo entiendo, ya lo grito otro día.

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